Sin una lectura y plena comunión con la Biblia, sólo se caminar en direccion según nuetsra propia conciencia, y se ha demostrado que la conciencia no es fiable si no tiene un criterio justo. Todo hombre nace con un sentido espiritual deficiente, porque está marcado por el pecado que lo separa de Dios. Por naturaleza estamos muertos en nuestros pecados (Efesios 2:1). Pero Dios no quiso dejarnos en ese estado: “¿No te he escrito tres veces en consejos y en ciencia, para hacerte saber la certidumbre de las palabras de verdad…?” (Proverbios 22:20-21).
Al leer la Biblia descubrimos que Dios nos ama y lo demostró enviando a la tierra a su único Hijo, Jesús, para expiar nuestros pecados. Dios nos da su gracia y nos instruye para que dejemos de equivocarnos. Si en cuanto a temas concretos como el matrimonio, la familia o el trabajo la Palabra de Dios nos aporta una gran luz, cuánto más ilumina la perspectiva de nuestro futuro eterno.
Experimentar una verdadera relación con Dios es un descubrimiento maravilloso.
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